martes, 5 de enero de 2016

Historias de una soltera (o solterona): el Huaso Bruto


Volvía del trabajo con Chancho y Andrés. Dos compañeros X, buena onda que no vale la pena mencionar. Eso sí, se llevan el crédito porque gracias a ellos fui ese día a tomarme un terremoto al popular bar “La Piojera”. Si hay algo que me hace efecto y aumenta mi personalidad es ese vaso lleno de helado y pipeño; y el ambiente de viejos borrachos tocando guitarra y piropeando sin dientes. A esto sumemos tres guapos de unos 30 años cantando y regalando piscolas. A veces las imágenes vienen a mí, el guapetón (que pronto introduciré) cantaba como loco, ¡se las sabia todas!
Antes de seguir debo recordar mi tenida de ese día. ¡¡Mal!! Camiseta manga larga, polera negra con tiritas y una chaqueta roja Ellus desgastada. Un jeans viejo (que hoy boté a la basura por fin) y una cartera de algodón de niña chica. En medio del bar me saqué la camiseta para mejorar algo. Así es, entre viejos borrachos, con algunos trucos de mujer, logré desvestirme. ¿Qué pensé ese día al vestirme? ¡Dios sabe! 
¡¡Ah!! ¡Debo recordar que tenía frenillos! Menos mal los astros se unieron y me los sacaron a las tres semanas. ¿Qué me vio con esos fierros en la boca? “Betty la fea” 
Volviendo a la historia, estos tres gringos no “pescaban”. No sabía qué hacer. La corrida se complicaba más de lo que pensaba y parecía que a estos novillos no los iba a atajar. Mientras hablaba, coqueteaba con muchos otros (sí, yo con ayuda de mi mejor amigo: el pipeño, estaba coqueteando). Yo los miraba descaradamente y nada. En un momento, ¡Ignacio me habló! Objetivo cumplido. El secreto se confirma. Uno atrae lo que piensa. Al despedirnos me dio un beso. Para que estamos con cosas, estaba feliz. Acción y entrenamiento de labios luego de “ohhhh my god”, esto sí que es un tema a analizar, 4 Años. Si leo esto en un tiempo más ni yo lo creeré, una perna y una sequía incomparable. ¡¡Guinness aquí voy!! Yo me quería hacer la difícil. ¡¡súper!!, de “La Piojera” me fui con el primer tipo y apenas estuvimos solos, ¡beso!.
Haré una pausa en el relato, debo volver a los 4 años de cesante (si usted lectora perdió el hilo, 4 años sin un beso. ¿Ahora se acuerda de la tragedia?), de aburrimiento y baja autoestima. ¿Qué esperaban? ¿Que me sienta mina si ningún macho me daba un beso? Veamos el pasado que me condena: 4 años atrás tuve un affair con Claudio. Quién más en realidad. Medio año antes con él también. Un año antes con él también. Entre medio una relación mejor secreta, porque el chuqui de pololo que se me ocurrió tener no califica en socialmente aceptado. Antes de él, Claudio dos veces creo. 
Estimadas, hablar de las teleseries anteriores no viene al caso y seria recordar historias de niña. Además que penosamente nunca se concretaron o el destino me tenía preparado al huaso de mis sueños y escribir esta historia. En resumen, esa semana que lo conocí, el amor me quitó el hambre y me sentía regia. 3 kilos menos. Carrera corrida y 4 puntos buenos.


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